Te digo algo sobre el miedo...
¿Cómo estás?
Este mes tuve que aceptar una realidad que me cuesta bastante: cada vez soy más miedosa.
Cuando era más chica no conocía el miedo, ni el vértigo, ni nada que se le pareciera.
Viajé con un grupo de mujeres solas y atravesamos a pie la frontera entre Malasia y Tailandia como si nada. Caminé a cualquier hora de la noche por mi cuenta en cientos de ciudades. Acepté todos los desafíos de alto riesgo que pude sin mirar atrás.
Hoy no sé si podría hacerlo todo de nuevo con la misma soltura, y no sé bien por qué.
Quizá porque sé más cosas...
El otro día, conversando con una amiga sobre el miedo a viajar solas me decía que, según ella, había heredado ese miedo de su madre. No pude evitar interrumpirla.
No. No creo que sea un miedo que hayas heredado de tu madre necesariamente, le dije. Quizá sea más sencillo. Quizá sea simplemente que ser mujer da miedo.
Eliminé las palabras de mi organismo como si hubiesen estado un largo tiempo encadenadas en algún rincón de mi inconsciente. Tanto, que hasta yo me sorprendí de lo potencialmente acertada que era mi teoría.
Porque desde el inicio hasta el final —tal como lo comprueban las noticias— ser mujer es de alto riesgo.
La pregunta que me hago es por qué, y qué tendría que cambiar para que deje de ser así.
Sobre esto es la siguiente columna y los contenidos de este nuevo encuentro.
¡Compartilo y comentalo sin miedo!
Nos leemos en la próxima carta,
María.
Miedo
Ser mujer da miedo. Da miedo desde el segundo que nacemos mujer porque desde ese preciso momento nuestra carrera se llena de obstáculos.
Ser mujer da miedo. Da miedo porque tan temprano como los primeros años de vida ya decidieron a qué vas a poder jugar, a qué lugar de la casa pertenecés y a qué te podés dedicar el resto de tus días.
Ser mujer da miedo. Porque apenas vas entendiendo más cosas sobre el mundo te volvés un blanco fácil, y te das cuenta de que lo que te rodea, explícita o implícitamente, está diseñado para disminuirte.
Ser mujer da miedo. Da miedo porque sin darte cuenta, sin percatarte de que lo hacen a propósito, te van a enfrentar a otras mujeres. Te van a obligar a crecer en conflicto, contigo misma y con otras, y no hay manera fácil de salir de ese carril.
Ser mujer da miedo. Da miedo porque en un abrir y cerrar de ojos, de blanco fácil pasas a ser presa fácil. No son suficientes los cambios internos de tu cuerpo que además tenés que protegerte de los inadaptados que creen desde siempre que lo que es tuyo pertenece a ellos también. Hasta tu propia vida….
Cómo perder el miedo a viajar sola
A la hora de viajar, es innegable que como mujer existen más riesgos. Sin embargo, eso no puede detenernos.
Sobre eso escribí hace algunos años para otro blog, y lo actualicé para reflejar nuevos pensamientos al respecto.
Leé el post y compartilo con esa persona a la que le falta un empujón para comprar pasaje ✈️.
Porque hay algo muy cierto: Se puede despegar de a uno, pero se aterriza siempre multiplicado.
Ese maldito miedo a escribir (y publicar)
Algo que noté en las asesorías personalizadas que ofrezco sobre escritura y storytelling, es que la mayoría de quienes me contactan confunden el "bloqueo" creativo con el miedo. Y los entiendo. Escribir, ya sea ficción o no ficción, es exponerse de una manera distinta y eso innevitablemente aumenta las pulsaciones.
A mi me pasa. Cada vez que doy "publicar" en una entrada del blog, después paso varios minutos de nervios hasta que, finalmente, logro dejarlos ir.
¿Cómo lo hago? Con estos tres pasos que me ayudan a ganar confianza y darle clic a "publicar" como si me fuera a comer el mundo 🌎.
1. 🤝 Compartilo primero con tu círculo íntimo
Darle el texto a dos o tres personas de confianza para que lo lean antes que el resto, no solo ayuda al proceso de edición, sino a darte cuenta de que tu texto gana mucho más de ser visto, que de permanecer encerrado en tu archivo o libreta.
2. 🥏 Dejalo respirar
Darle aire a los borradores ayuda a desasociar al texto del miedo a que otros lo lean. Dejá pasar uno o dos días, hacele unos retoques con mente fresca. Vas a ver que ganas confianza en cuanto estás más conforme con la nueva versión.
3. 🖼️ Construí tu espacio seguro
Algo que me ayuda muchísimo a perder el miedo es publicar en mi propio blog y newsletter. Siento que lo que escribo está en su hogar, sin más reglas de las que yo me quiera poner en extensión, estilo, voz o tono. Acto seguido, mi mantra: "Esto es mio, no tengo nada que perder si lo publico, y siempre me pertenece." Se los regalo porque les juro que funciona.
Ahora, compartí este newsletter y abrí tu libreta.
¡La hora de exponer tus letras al mundo es ésta!