Bienvenidos a mi Substack.
Ya sé, tarde. ¡Pero más vale tarde que nunca!
Lo cierto es que podría poner mil excusas de por qué me llevó tanto tiempo empezar a publicar acá, pero ninguna me conforma ni a mí. Así que simplemente voy a dar pasos hacia adelante e introducirme en este espacio.
En lo formal, podría presentarme diciendo que soy escritora, especialista en storytelling, y directora de estrategia creativa y digital para organizaciones y empresas. Eso es lo que hago la mayor parte de la semana y, debo decir, lo disfruto mucho.
Me costó bastantes tropiezos y lágrimas poder alcanzar ese título —y creérmelo— y por eso siento bastante orgullo. En mis más de 10 años de experiencia sembré y coseché muchas experiencias que me convierten en quien soy hoy. Cada proyecto que llega a mi mesa lo apropio con mucha pasión, porque apoyar a quien sea en el mejor camino para contar bien una historia, así sea algo institucional, prende una llama en mi versión más creativa que no puedo controlar (por suerte).
En lo personal, me puedo describir como una mujer en construcción cuya materia prima son las letras. Ya lo podrán comprobar al leer mis historias, pero no está de más aclararlo. Desde que cumplí 8 años que escribo poemas, cartas e historias personales y de ficción. La mayoría están guardadas en una carpeta de Winnie The Pooh en un cajón en mi ex ropero en la casa de mis padres y, honestamente, no creo que lleguen a ver la luz.
Sin embargo, gracias a la publicación de mi blog hace casi 10 años, otras historias —más ordenadas y maduras— lograron posarse frente a los ojos de cientos de lectores quienes, desde ese entonces, acompañan mi evolución en la escritura —y en la vida misma— muy de cerca.
Más allá de tener el espacio para publicar y la libertad de hacerlo cuando quisiera, en los últimos años sentí que había un vacío que aún me faltaba llenar. Por un lado, mi escritura pedía a gritos más constancia, también como una forma de retribuir la fidelidad de los lectores. Y por otra, un formato propio más afinado con el potencial de reunir lectores, pero que también funcionara como la semilla de una comunidad que no tiene miedo a leer historias honestas y reales.
Por eso, un día, después de más de 200 entradas publicadas, decidí empujarme un poco más y comprometerme a escribir una historia mensual que envío todos los meses en la newsletter Cosas que decir.
“Más allá de tener el espacio para publicar y la libertad de hacerlo cuando quisiera, sentía que me faltaba constancia y un formato propio más afinado que no solo reuniera lectores, sino que construyera una comunidad.”
El resto es —valga la redundancia— historia. Llevo más de dos años en este proyecto y los lectores y las repercuciones siguen en aumento.
Además, el tercer año de la columna coincide con los festejos por los 10 años del lanzamiento del blog, lo que va a hacer al 2024 un año, de por sí, muy especial.
La newsletter, es uno de mis tesoros creativos más preciados. Se trata de un espacio compuesto por varias secciones como la Carta al lector (que presenta la historia del mes), una introducción a dicha Historia, “The Cool List” (una lista de recursos rápidos y útiles sobre narrativa y otras cuestiones) y otras delicias como datos y recomendaciones para apasionados de la lectura, escritura, creatividad e intereses “pop” que nunca vienen mal.
Esta experiencia fue sumamente gratificante para mí. Como suele pasar con estos “proyectos de pasión”, las historias y todo su ecosistema no son únicamente una promesa a los lectores, sino una vía de escape que necesito para poder vivir.
Hay equipo
Para cada entrega de Cosas que decir se arma un equipo de mujeres poderosas que, desde la edición, recomendación e ilustración, dejan lo mejor de sí para que lo que te mandamos sea único y estimulante en todos los sentidos.
A cargo de la interpretación de cada historia está Mery De Paula, una ilustradora y amiga argentina viviendo en Barcelona que está desde la historia uno en este viaje de puros riesgos conmigo.
Para ilustrar la Carta al lector está Soph , que con una mirada especial resume en una imagen de ensueño todo el contenido que compone Cosas que decir.
Conocerlas es amarlas 🧡.
Mi misión ahora es que, después de toda esta introducción, se sumen a este torbellino emocional conmigo.
Quién sabe, quizá sea una vía de escape para ustedes también.
Gracias por estar ahí, los espero de este lado y seguro, nos vemos por las letras,
María.