¡Hola! ¿Cómo estás?
Últimamente estuve leyendo mucho sobre una idea que me tiene dando vueltas la cabeza y la quiero compartir contigo: el comienzo de una nueva era para creativos y artistas.
Puede que parezca que estoy exagerando —sobre todo si todavia no te metiste como yo en este túnel de entusiasmo. Y no, no estoy refugiándome en una cueva o incursionando en alucinógenos. Soy muy consicente de que vivimos en un presente atravesado por el ascenso imparable de la inteligencia artificial en casi todas las tareas pensantes del día a día.
Pero ahí, justamente, está la cuestión según yo. En la palabra pensantes.
Porque los creativos —los artistas, los que escriben, los que imaginan, los que hacen— están conectados a otra corriente. Algo que vive además de la razón. Algo que no se calcula ni se automatiza. Algo que surge de lo más humano que tenemos: la sensibilidad, la intuición, la mirada propia.
Lo que terminó de motivarme fue un artículo del The Substack post que habla de un “nuevo jardín” para los creativos. Se trata de un espacio donde volvemos a ser dueños de nuestro trabajo. Lejos del algoritmo. Lejos de la carrera por la atención. Lejos del scrolleo vacío que, más veces que no, hace trizas nuestro interior. Un lugar donde crear vuelve a tener valor por sí mismo.
Ese “jardín” tiene nombre —en el artículo lo llaman Substack, duh— pero más allá de las flores que le tira a la plataforma, lo que me quedó resonando fue esto:
La autonomía económica (que permite Substack) otorga libertad a las voces independientes. Eso significa que no tienen que responder a la agenda de otras redes sociales para pagar sus cuentas y pueden ser menos vulnerables a los impredecibles vaivenes de los medios caóticos. Esta plataforma permite al creativo concentrarse en hacer su mejor trabajo y les da más energía para conectar con sus comunidades. También posibilita el surgimiento de un nuevo orden, separado de los intereses de las autoridades de los medios, donde la riqueza se distribuye entre muchos y no solo entre unos pocos.
Llámenme ingenua, pero yo también lo veo así.
(un gran referente para mí en escritura y carrera profesional) está recontra subida al mismo tren. Así lo cuenta en su entrada “Sobre adueñarte de tu trabajo— o por qué estoy apostando por completo a Substack”.Nos guste o no, esta es la era de los creadores. El poder se ha desplazado —mucho más de lo que la gente imagina— desde los canales tradicionales hacia las audiencias de quienes crean contenido. Como dijo hace poco Hamish McKenzie, cofundador de Substack: “El sistema de medios está cambiando. Está en marcha una profunda redistribución del poder.”
Todos los días me aterra pensar en los valores quebrados que prevalecen en nuestro mundo. En el daño de las pantallas, en la demonización de la mentalidad crítica y en un futuro donde parecería que sentir se va a convertir en un reflejo secundario.
Por eso, mi mensaje en esta entrega de Otras cosas es: esperanza y resiliencia, mi querida comunidad creativa. La inteligencia artificial nunca entenderá nuestro adorado proceso agónico de creación. Nunca vibrará con el ritmo de nuestro corazón. Porque no hay creador real sin pulso. Somos humanos y, aunque quieran, no podrán con nuestra humanidad.
Ahora, Otras cosas…
Si querés continuar explorando el tema, te recomiendo este artículo: “It’s the creators’ economy, stupid.”
Podés seguir en sintonía con esta entrada sobre sentir y sentimientos de
.A propósito de la muerte del Papa, estuve leyendo varios artículos vinculados a la religión. Entre ellos, este sobre las controversias alrededor de María Magdalena escrito por Eriza Griswold (Pulizer 2019 de no ficción). Me gusta y me sumo a la idea de hacerle justicia a su memoria.
Esta columna de Sara Jaramillo Klinkert: Perras salvajes por el día del trabajador (¿y la madre?).
Terminé La vegetariana de Han Kang (Nobel de Literatura 2024) y ahora quiero leer todos sus libros.
Empecé Teoría de la gravedad de Leila Guerriero y no puedo sino admirar su capacidad para completar la profundidad de lo que es vivir en apenas algunas oraciones. Fantástica.
Al mismo tiempo agarré Las huérfanas de Melba Escobar y no tengo palabras para describir la turbulencia apasionante que está dejando en mí. Otra genio entre los mortales.
La nueva fecha para la tercera edición del taller Encuentro con mi yo escritora - Online va a ser el 15 de junio. ¡Falta, pero ya te podés ir agendando! Dejame tu mail en comentarios o escribime un mensaje por Substack acá:
¿Será que a más personas les pasa que, cuando empiezan a sentir el calor en la cara y los brazos con el cambio de estación, los acogota un poco la melancolía? No lo puedo evitar.
Estoy obsesionada con Ca7riel y Paco Amoroso. Ponerlos en repeat me eleva el espíritu cuando pasa lo anterior.
El segundo capítulo de The last of us de la segunda temporada es alucinante. Desgarrador y alucinante. Hay que verlo.
Sigo a tope con la práctica de lectura de Tarot. Me calma, me llena, me enseña, me inspira, me asombra. Estoy feliz con este proyecto personal, la verdad. Practico todos los días y me ayuda con mi constancia en la escritura (después de tirar las cartas, siempre dibujo los significados que veo en la carta en mi libreta y escribo lo que percibo de la situación). Mi profe recomienda practicar con lecturas que vengan de un intercambio de aprendizaje o experiencia (por eso de cuidar la energía, vio). Entonces, si te suena el intercambio de lectura de Tarot con algo que quieras ofrecer, escribime y cuadramos.
Punto y seguido: más cosas
Cuando llego a esta parte de las entradas de Otras cosas, siempre intento dejar alguna perlita inspiradora y buena onda, acompañada de un gif que robe alguna sonrisa. Pero te soy honesta: hoy no estoy pudiendo. Tengo el corazón frío, como un mármol que se dibuja entre luz y oscuridad. Siento que lo que me está mareando es mi propio pulso.
Abril fue un mes de potencias que me zarandearon para todos lados. Me siento bien por unas personas y mal por otras, angustiada por unas y emocionada por otras, desgarrada por unas y dichosa por otras. Creo que fueron unas semanas que, para casi todos los que me rodean —y también para quienes no me rodean tan de cerca— significaron un quiebre hacia un lado o hacia otro. Se sintió como si el mes entero hubiese sido una caminata infinita sobre una cuerda floja.
Como resultado, comienzo mayo de 2025 como un saco de dolores, manifestaciones y felicidades existenciales. Estoy lejos de ser una más en el espacio. Esta vez, siento más fuerte que nunca que mi presencia tiene sentido si la pienso en comunidad y no en individualidad. Tenemos que poder. Vamos a poder. Seremos sí, y solo sí, damos pasos en plural.
Sigo siendo optimista. Porque, aunque los golpes nos obliguen a que seguir mirándonos al espejo hasta encontrar algo más profundo, aunque nos quieran quitar la humanidad, nunca dejaremos de ser humanos.
Nos tengo fe.
Soberbio, como siempre.
Tocaste un puntazo que será clave en todas las discusiones que se vendrán.
La inteligencia artificial…. Qué temita…. Hace poco leí un post (o un mene, que ya una no se acuerda qué lee) que decia algo asi como “ dejemos que la IA se ocupe de las tareas rutinarias y “superficiales” si se quiere, como cocinar, lavar, hacer las compras, ordenar la casa, etc. para que el tiempo libre que nos quede podamos volcarlo a la actividad creadora, y no al revés.
Y si lo pensamos en el plano de libros enteros que se están haciendo con IA, o traducciones de libros, o guiones en base a libros…. Da para pensar…
Más allá de eso, amo leerte siempre. ❤️
Vamos que llega el calorcito y con él todas las cosas nuevas y lindas que trae el verano!
Gracias María 🤍