De todas las situaciones romantizadas en nombre de la productividad, la que más aborrezco es la romantización del agotamiento.
Nunca me sentí menos brillante que cuando mis huesos no quieren dejarme levantar. Nunca me sentí más disminuida que al llegar al final del día con la lengua afuera y sin haber completado una lista de tareas imposible. Pocas veces dudé tanto de mí como cuando llega el domingo por la noche y siento que tengo que avanzar para que el lunes no me aplaste.
Sin embargo, de a ratos, las presiones parecen inescapables. Abundan los posteos sobre cómo crecer rápido en Substack y me persiguen las influencers que muestran una vida de emprendedurismo y maternidad perfecta. Me apuntan las campañas de aplicaciones de organización que prometen duplicar las tareas realizables en un día (¡ojo, eh! extenuada pero organizada), y lo que más detesto: la publicidad de una remera absurda con el diseño “Tired Moms Club”.
¿Qué nos pasa? ¿Qué estamos haciendo? ¿Cuándo se convirtió en algo vendible el agotamiento?
No quiero funcionar a las corridas. Me miro al espejo y solo veo un mapache. No duermo bien hace dos años. Lo último que necesito es una obsesión para ganarme un pin de superhumano. No gracias, no me gusta, no me interesa.
Quiero hacer lo que pueda, como pueda, y sentirme bien. Quiero trabajar, producir, crear, imaginar, vivir en mi máximo potencial… y también ser esa persona en el café, o aquella con los ojos cerrados sobre el pasto, sin culpa. Quiero que mi lista sea de tinta, no de cadenas. Y que, por supuesto, incluya los libros que me gustaría leer, los podcasts que me inspiran y las distintas formas que veo en las nubes.
Me niego a romantizar el agotamiento, por eso te comparto todo esto.
¿Parezco enojada? Perdón, es que estoy agotada.
Estas son mis Otras cosas, que nadie me vendió. Son mis Otras cosas que me recuerdan que soy humana, que estoy en control, y que, quizá, la mejor versión de la productividad es saber hasta cuándo hacer y deshacer, para nunca dejar de ser uno mismo.
Esta entrada que escribí hace algún tiempo sobre el agobio.
Distancia con sabor a río, el artículo que escribí para MVD Shopping en Uruguay sobre migrar y extrañar.
I want to do everything, so I do nothing, por
.Extraño la intimidad, por
.Sobre descubrir que alguien nos odia, por
.Anatomía de una herida social: la destructividad aprendida en Latinoamérica, por
.Aprendiendo sobre escritura de la mano de Virginia Woolf en el Jardín mental de
.The Role of Storytelling in Systemic Change por
.Terminé Las huérfanas de Melba Escobar, y solo puedo decir que, para mí, fue una lectura transformadora.
Empecé mi primer libro de Javier Cercas, El loco de Dios en el fin del mundo. La transcripción de las entrevistas se me está haciendo un pelín densa, pero el libro es brillante.
Este episodio de El hilo a manos de la productora Nausica Palomeque (ex compañera de maestría en Uruguay) sobre el suicidio en Uruguay.
Sara Jaramillo hablando en Somos palabras (soy su fan, no puedo evitarlo).
Me encanta engancharme con un autor que me gustó y lo persigo por todas partes. Por eso terminé escuchando a Leila Guerriero en Biblioteca personal.
Explicación de la generación ansiosa en el podcast de Trevor Noah (en inglés).
La nueva temporada de De eso no se habla es una bomba.
Están abiertas las inscripciones para la tercera edición del taller Encuentro con mi yo escritora - Online que va a ser el domingo 15 de junio.
¿Para quién es? Para mujeres curiosas que creen en la escritura como medio de expresión, que buscan llevar ideas al papel y aprender herramientas creativas para todos los aspectos de su vida.
¿Qué vamos a hacer? Vamos a buscar el significado de la escritura en tu vida, praticar herramientas de inspiración, leer y escribir.
¿Cuánto dura? Vamos a reunirnos tres horas durante la mañana (en Sudamérica) o tarde (en Europa).
Escribime ahora o seguime en @mariadcperrier para más información.
DATAZO: Las ilus de Soph (ilustradora de Otras cosas) están disponibles para comprar con marco en maraestudio.com. Son adictivas. De nada.
Vi El Eternauta y no solo me gustó y me hizo sentir orgullosa de semejante producción latinoamericana, sino que me compré una linterna/radio/cargador con pantalla solar para acompañar mi caja con latas de conservas para el fin del mundo. Que lluevan escarabajos, estoy lista.
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Tu publicación me ha iluminado. Creo que he estado en negación... No me siento lo suficientemente cansada, lo suficientemente agotada, ni siquiera cuando vivo días de dolor físico. ¿Por qué pienso que no es suficiente? 😵💫
Me entristece darme cuenta de que creo que si no exploto al máximo, no está bien y no hice suficiente… Porque siempre puedo hacer más, pero ¿hasta cuándo?
De acuerdo con que no hay que romantizar el agotamiento. Ni el trabajo en exceso. Debemos descansar y tener tiempo para nosotros y los nuestros (Pd. Me encanta qua haya podcast en tus recomendaciones 🙌🏼).